Es tan fácil dejar que el pensamiento nos arrastre tras cosas que no edifican y luego justificarlas como buenas. Sin embargo, lo que piensas y lo que dices son indicadores de lo que eres.

Con tanta razón el proverbista advirtió de cuidar nuestro pensamiento ya que «el bueno alcanzará favor de Jehová; mas él condenará al hombre de malos pensamientos» (Proverbios 12:2). Así como le damos atención al cuerpo físico comiendo apropiadamente, durmiendo y haciendo ejercicio, debemos darle atención al cuerpo de los pensamientos que saturan nuestra mente.

Para esto, debemos estar consciente de lo que permitimos que entre a nuestro cerebro. El mundo nos ofrece un repertorio bastante extenso de basura compuesta de maldiciones, violencia y nudismo que llegan a formar parte de nuestro subconsciente. A su debido tiempo, todo eso que le hemos dado entrada llega a manifestarse en nuestros pensamientos y en nuestras acciones.

Debes aprender a remplazar lo que el mundo te ofrece por la Palabra de Dios, leyéndola, estudiándola, aplicándola y meditando constantemente en ella ya que tú eres lo que tú piensas.

 

Nos encantaría saber sus pensamientos. Por favor dejen-nos un comentario abajo.




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